El resurgir de las maquetas en un mundo digital: ¿Por qué lo tangible vuelve a fascinar?
En un mundo cada vez más dominado por lo digital, donde las pantallas y la tecnología parecen ser el centro de atención, las maquetas están viviendo un resurgimiento inesperado. Este fenómeno ha tomado por sorpresa a quienes nos dedicamos a este oficio artesanal, que parecía estar ya en el final de su ciclo.
Pero ¿por qué lo tangible vuelve a captar el interés en plena era digital?
En este artículo exploramos varias teorías que intentan explicar este renacer: desde la necesidad humana de reconectar con lo físico y lo palpable, hasta el valor de lo raro y lo artesanal frente a la saturación de lo virtual. Además, reflexionamos sobre cómo las maquetas no solo satisfacen la curiosidad, sino también ese impulso infantil de jugar y experimentar, devolviéndonos una conexión más auténtica con el mundo que nos rodea.

Por qué las maquetas están de moda en plena era digital
Hace ya un tiempo que los que llevamos años dedicándonos a este fascinante sector de la fabricación de maquetas hemos notado algo curioso: el notable resurgimiento que está experimentando nuestro oficio. Y digo sufriendo porque este auge nos ha pillado a todos por sorpresa.
Durante años, fue un sector muy prolífico; era común que cada ciudad tuviera al menos dos o tres talleres de maquetas. Pero los tiempos cambiaron, y la demanda fue disminuyendo poco a poco. Lo que antes era un taller con 35 trabajadores, hoy, con suerte, puede funcionar con dos o tres personas, y no hablemos de la ratio de talleres.
No es necesario profundizar en las razones por las que las generaciones de maquetistas no se han renovado, pero la consecuencia es clara: hay muy pocos profesionales cualificados y con experiencia disponibles. Esto nos exige un esfuerzo adicional cada día.
Además, quienes trabajamos por proyectos vivimos prácticamente «al día». Podemos planificar el trabajo para los próximos tres meses, tal vez cinco si tenemos suerte, pero más allá de eso, el futuro es incierto. En este escenario, contratar nuevo personal se convierte en un riesgo considerable.
Es imprescindible no perder el foco
Por este motivo, en ocasiones, y aunque nos duela profundamente, nos vemos obligados a dejar pasar ciertos proyectos. Sería muy tentador aceptar más encargos y llenar el taller de trabajo, pero eso inevitablemente comprometería la calidad que nos caracteriza. Claro, podríamos aprovechar este momento de «vacas gordas» para recuperar lo perdido durante los años difíciles, pero la conciencia pesa cuando sabes que estás entregando una maqueta que no tiene la excelencia que podrías haber logrado.
Hay un dicho muy popular entre los colegas de los distintos talleres con los que trabajamos: «Nadie se hace maquetista para ser rico». Este oficio lo hacemos por amor propio. En cada maqueta que sale por la puerta, va una parte de nuestro orgullo y dedicación.

¿Por qué las maquetas están precisamente ahora de moda?
No somos antropólogos ni pretendemos serlo, pero a lo largo de nuestros viajes y montajes hemos elaborado algunas hipótesis para intentar entender por qué las maquetas vuelven a estar en el centro de atención.

La teoría de lo tangible: volver a lo que podemos tocar
Una de las hipótesis que más compartimos en el equipo es que, como seres humanos, somos físicos y tridimensionales. A medida que nuestras vidas se convierten en una mezcla de lo físico y lo virtual, sentimos que una parte de nuestra mente anhela volver al entorno tangible, a ese espacio en el que algo existe porque podemos tocarlo. Las maquetas nos ofrecen esa conexión con lo real, con lo palpable.
Es como si el hecho de ver y tocar un objeto físico nos recordara nuestra propia naturaleza, más allá de las pantallas y las simulaciones digitales.

La teoría de la rareza: lo inusual capta la atención
Otra posibilidad que discutimos a menudo es que las maquetas destacan precisamente por su rareza en un entorno que cada vez es más digital. Antes, en ferias y exposiciones, era común ver maquinaria, maquetas y muestras físicas. Ahora, los espacios están dominados por grandes pantallas, videowalls y efectos visuales impresionantes.
Por eso, cuando una maqueta aparece en medio de todo esto, como una representación física detallada —ya sea de una fábrica o cualquier otra estructura—, capta inmediatamente la atención. SI además incorpora sistemas interactivos o mecánicos que permiten al usuario visualizar los procesos que ahí ocurren, el impacto es aún mayor.
Esa combinación de lo tangible con lo funcional despierta una curiosidad genuina. Es como si de repente lo físico rompiera la monotonía de lo digital, devolviéndonos algo que parecía perdido: la capacidad de observar algo desde diferentes ángulos, explorarlo con los ojos y con las manos.

La teoría del ciclo: cansancio ante lo repetitivo
Otra posibilidad es que simplemente nos hayamos cansado de ver siempre lo mismo. Vivimos rodeados de pantallas, imágenes y videos espectaculares, y en ese contexto, una maqueta —algo tangible y diferente— llama la atención de inmediato.
Tal vez estemos ante un fenómeno cíclico, donde tras años de saturación con lo digital, sentimos una atracción natural hacia lo físico, lo detallado, lo hecho a mano. Puede que esta tendencia sea una reacción instintiva, un retorno a aquello que nos ofrece una experiencia diferente, más genuina y menos efímera.

La teoría del niño interior: el placer de jugar
Finalmente, hay un factor que hemos notado en muchos eventos, especialmente en aquellos dirigidos a profesionales técnicos de sectores industriales, de ingeniería o de innovación. Parece que, en cierto modo, todos llevamos dentro a un niño al que le gusta jugar. Y cuanto más serio es el ambiente, más fuerte se siente ese impulso.
En ocasiones, una maqueta interactiva puede atraer más visitantes a un stand que incluso un cortador de jamón en directo. Esa curiosidad infantil, ese deseo de explorar y jugar, es algo que una maqueta puede despertar en nosotros, transformando lo complejo en algo accesible y entretenido. Es como si, por un momento, volviéramos a disfrutar del simple placer de interactuar con un objeto, sin filtros ni pantallas de por medio.

Construye maquetas si es lo que te apasiona
El caso es que, cada vez más, los servicios de fabricación de maquetas, prototipos e interactivos están siendo demandados nuevamente. Y, obviamente, nosotros estamos encantados.
Por eso, animamos a cualquiera que sienta curiosidad por este sector a que se atreva a probar. No va a ser un camino fácil, la mayoría de nosotros ha tenido que recorrer un arduo trayecto hasta poder vivir de este oficio. Sin embargo, es una profesión bonita y muy gratificante.
La fabricación de maquetas exige un gran esfuerzo físico y mental, además de ponerte a prueba en habilidades que nunca hubieras imaginado que necesitarías. Es un aprendizaje continuo. No importa si llevas 50 años en el oficio, siempre habrá algo nuevo que aprender. Cada cliente es un mundo, y tu misión será ofrecerle la mejor solución, ya sea para una empresa de bio-compostaje o cualquier otro sector que quizá nunca habías escuchado antes.
Y cuando finalmente logras materializar en un objeto físico todo lo que tenías en mente durante semanas o incluso meses, la satisfacción es indescriptible. Así que, gracias de corazón a todos nuestros clientes, que han confiado en nosotros una parte fundamental de sus proyectos sin preguntar ni dudar. Siempre les estaremos profundamente agradecidos por esa gran responsabilidad.